La elaboración del plan, que cuenta con 387 medidas, se ha centrado en cinco áreas estratégicas de intervención: siniestralidad y prevención de riesgos laborales; igualdad de oportunidades; competitividad; relaciones laborales y calidad en el empleo; y Políticas Activas de Empleo.
El documento, con una vigencia de cuatro años, apuesta por impulsar la competitividad, con más recursos para la inversión y competitividad de las empresas; se mejora el alcance de estas ayudas para llegar al mayor número posible. Sobre las relaciones laborales, el nuevo plan establece un área de trabajo con el objetivo de reducir las ausencias al trabajo por incapacidad temporal o por contingencia común.
En materia de Políticas Activas de Empleo, el Plan de Empleo 25-28 recoge varias novedades, entre las que destacan el impulso el Centro de Orientación y Emprendimiento del Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare; la elaboración de un plan de comunicación específico; el refuerzo de la evaluación y la digitalización en las Políticas Activas de Empleo; la integración de los objetivos estratégicos con los servicios garantizados en la nueva Ley de Empleo; y el impulso de políticas para colectivos prioritarios.
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